El Dorado

Está absolutamente comprobado:
no eran marinos inocentes, descubridores de una zona ignota,
querían oro, querían plata,
todo lo que pudiera caber en sus naves hambrientas,
todo lo que pudiera salvar sus moribundas economías.

Y se inventaron leyendas de ciudades de oro
donde llegaban primero a saquear sin piedad.
Lo del descubrimiento, el encuentro de los mundos,
lo inventaron después para limpiarse la conciencia.

En América el oro era otra cosa.



Podes bajarte El Dorado y difundirlo libremente
Texto: Ricardo Veiga
Voz: Alicia Carlucci
Musica Final:
Marlui Miranda y pueblo Nambikwara do Guaporé - Variaciones de Hai Nai Hai
Pintura color: Sergio Leva

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Fiebre del oro, fiebre de la plata
El signo de la cruz en las empuñaduras de las espadas
Retornaban los dioses con las armas secretas
«Como unos puercos hambrientos ansían el oro»
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