Nora Cortiñas

 


Hacíamos El Silbido, un programa de radio que buscaba ser el más agudo de nuestros lenguajes. Y cerrábamos las charlas preguntando qué sentían por el silbido.
En una de esas Norita nos habló de trenes y de pájaros, de lo espiritual, de su madre y de todo aquello que no se puede: nunca aprendí a silbar, dijo, así que los felicito por el nombre.

Así, con su respiración de luchas grandes y a la par de los que somos apenas soplos, es ahora, en el aire y en la historia, un silbido. De trenes, de pájaros, de Madres
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